La malicia es una de las cuatro enfermedades naturales del hombre que nacen con nosotros por culpa del pecado original y la malicia de la mujer es mayor que cualquiera de las malicias que existen en el mundo.
Las otras tres enfermedades son la avaricia, la ignorancia y la apatía o incapacidad para hacer el bien.
Las mujeres son maliciosas por naturaleza y disfrutan tentando al hombre hacia caminos del mal (…) porque son como aire en movimiento, vaporosas. No cesan de ir de un lado para otro como si fueran corrientes de aire.
En segundo lugar, porque las mujeres, por naturaleza, por creación tienen poco sentido común y en consecuencia no existe freno a su malicia natural.
(…)
La mujer es también, por naturaleza fria y flemática y es sabido que cuando algo frío llega a encenderse, arde con mucha fuerza.
Según los entendidos, la mujer es, en definitiva, la antitesis del hombre y por lo tanto incoherente y absurda. Solo hay que fijarse que incluso su cuerpo es opuesto al del hombre: ancho por debajo y delgado por arriba, mientras que el cuerpo de un hombre bien hecho debe ser lo contrario, delgado desde el pecho hacia abajo, ancho de pecho y espalda, con el cuello corto y la cabeza grande.
Cuando una mujer nace, la primera letra que dice es la “e”, que es una letra para regañar, mientras que la primera letra que dice un hombre al nacer es la “a”, la primera letra del abecedario y enfrentada con la “e”.
(…)
A excepción de la Virgen, que concibió a Jesús sin pecado, todas las mujeres son iguales.
Ildefonso Falcones; La Catedral del Mar
1 comentario:
jajajajajaj.... cuanta razón, tanto en este como en el comentario de abajo.... pero si te pillan...jajajjaj.... pobre pincho.
muy buenas, me has hecho reir...
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