viernes, 21 de noviembre de 2008

Refundando el capitalismo...


Me acuerdo de una epoca en la que unas chicas me acosaban. Me refiero a esas azafatas de American Express a los que la empresa esa le paga cuatro perras para que te expliquen un contrato crediticio en diez segundos, o sea, para lo que yo pasé dos semestres en la facultad estudiando una asignatura., necesitando una chuleta para pasar el examen.

Las escojen por carecer completamente de defectos visuales, lo que les permite leer la letra de los contratos de esa empresa, redactado por el mismo tio ese que tallaba el Padrenuestro en un grano de arroz.

Bueno, tras persiguirme esos prototipos de la Madre Naturaleza cual Testigos de Jehova accedí a solicitar una tarjeta de esas, convencido de las bondades de esa tarjeta tan bonita o cegado por la sonrisa blanquecina o el escote generoso de Mónica...., que me dió su numero del móvil por si me surgiesen preguntas (y que aún tengo grabado en mi agenda)...

American Express no me concedió su tarjeta porque descubrió que la cosa mas cara que habia comprado hasta aquel momento fue un ordenador de sobremesa y una bici (de las buenas ehhh) y que por encima pagaba a plazos.
Y lo peor, las azafatas no me volvieron a hacer caso..., y no volví a volver a ver a Mónica. No querían mi miserable dinero de clase media!

Ahora, un par de años y unas miles de canas en mi cabeza más tarde estoy contento, porque American Express por fín accediera a aceptar el dinero de gente como yo (y de tí tambien, evidentemente). A traves de esos trucos muy vistos ya en los mercadillos y en las pelis de gangsters en los que la mano es más rapido que el ojo (y que la ley), American Express, que tiene nombre de tren más rapido que el AVE, pero no es nada más que una financiera que se redefine ahora como un banco, abracadabra!!!

Y ahi está, recogiendo sacos y sacos de esos millones de tan generosamente reparten los políticos, sean los liberales (refiriendome la acception europea ya la anglosajona de liberal a la vez) y no liberales..., o sea, los aguirritas mundiales y los zapateriles globales (para que se entienda mejor) a un bien nutrido grupo de banqueros..., (bien nutrido en varios sentidos, ya que algunos apenas podían meter sus bien alimentados culitos en los sofas de la Monclóa....)
Más Express, impossible, my friend. YES. WE CAN!!!

Ya sabeis como empezó todo esto, no? Georgie Bush dijo un día que iba a inyectar liquidez en el sistema... y pensábamos que se iba a volver a dar a la bebida , pero no, su idea era la de dar dinero a los bancos a intereses ridiculos para que los de los culos gordos nos lo presten (o no) a intereses desorbitados.
Primero defiendo la no intervención del Estado en el mercado, condenando a todos los que los hacen a formar parte del eje del mal y enemigos mios y del mundo libre y si mi pais está mal, pues cierro los ojos (los tres) y hago lo mismo pero llamándolo distinto...
Es el nuevo capitalismo. Igualito al viejo, pero much más gracioso...
Es decir, que la mano invisible del mercado es tan invisible que cuando te descuidas por un momento ya te ha quitado la certera y por encima dado una colleja...

Lo que más me mola es que American Express hace igual como un guardia de tráfico: asiente con una mano y niega con la otra...
Yo me pregunto aquí, es si yo tambien me puedo declarar “banco”, porque después de todo, dinero estoy presntando a montones.

¿No nos deberiamos dar a nosotros mismos algo de esa pasta gansa que nos estamos gastando en millonarios?

Sea quien sea el Ministro de Economía (aquí ultimamente creo que es Emilio Botín) , el Comisario de Economía de la UE, o el siguiente contable del señor Obama.
A mi me parece que es demasiado ya dar por nuestra parte.

Yo ya sé que hacer hoy por la noche. Creo que cojeré mi móvil y llamaré a Mónica. No sé si accedera a quedar conmigo sabiendo que American Express no me quiso, pero si accedería le pediría que me a trasladase al pasado y volviese a cegar con sus preciosos dientes y generoso escote para olvidarme por un momento que yo no pinto nada en todo esto y que estoy a la merced de los grandes con los culos gordos.
Aunque sea solo por un minuto...

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